En ocasiones los pacientes preguntan sobre estos tipos de comportamientos repetitivos que pueden formar parte de distintos cuadros sintomáticos. Por ejemplo, en un autista o asperger. Sin embargo, a veces se preguntan si puede coexistir con un TOC y cómo diferenciarlo. Aunque la valoración debe hacerla un psicoterapeuta (psicólogo o psicoanalista), veamos los principales rasgos característicos:
- El TOC o “trastorno obsesivo compulsivo” se caracteriza por pensamientos o actos repetitivos:
– en el caso de los pensamientos, éstos invaden la mente sin poderlo evitar y causan temor, angustia o asco según la temática.
– en cuanto a los actos, son situaciones que bajo un punto de vista objetivo no tendrían sentido, pero son de extrema importancia para el que los realiza. Algunos ejemplos: comprobar una y otra vez puertas y ventanas cerradas antes de ir a dormir, incluso levantarse cuando ya se ha hecho y volver a repasar, o seguir cada mañana y cada tarde el mismo camino al trabajo o a casa, sin poder variar nunca de calle.
- En ambos casos la persona algo sabe sobre ello y al causarle malestar se pregunta porqué o bien acude a consulta para saber.
- En una persona con autismo, las conductas repetitivas ocurren sin más y son tranquilizadoras. No causan malestar, ni la persona se llega a preguntar por qué.
- Las personas con TOC, gozan de una interacción social normal, cosa que no ocurre en el caso del autismo, cuyo principal rasgo es la dificultad de fijar la mirada hacia la persona que le habla. No hay contacto visual, y la comunicación es muy difícil o nula ya que el otro les causa gran angustia, teniendo que utilizar otras formas de comunicación alternativas.